viernes, 20 de marzo de 2015

Margaux Hemingway


Por Maria Paula Flórez

Era una mañana fría del invierno de 1975, sentado en el extremo de mi cama indeciso en salir de ella y con la imagen permanente en mi mente de esa hermosa joven alta, muy alta que vivía en el apartamento de enfrente, con una piel que deslumbraba y una cabellera rubia que caía sobre sus hombros mis pensamientos se tornaban confusos pues su constante vida atareada sólo me inspiraba un deseo e intriga profundos por saber más de ella. 
Pasados varios minutos después de imaginarme como seria hablar con esta mujer, salí de mi cuarto por un café para despejar mi mente y pensar un poco en como podía tener contacto con ella. Terminado mi café decidí que debía dar un paseo antes de volver a casa y fue en medio de mi recorrido cuando pasé por un revistero y me encontré con la imagen de la hermosa joven que cautivaba mis días, su nombre era Margaux Hemingway y al parecer su belleza no solo me atrapaba a mí, por eso fue que desde ese momento me empeñé en descifrar y conocer sus pasos, seguir su vida y si era posible en algún momento tener contacto con ella.
Desde aquel día que vi esa portada de revista decidí que mis días debían girar entorno a Margaux Hemingway y escribiría un libro sobre su historia. Margaux era una mujer que a pesar de su belleza extraordinaria y con el poder de ser una súper modelo en plenos años 70, su vida personal era un caos. Día a día yo observaba la rutina de Margaux. Ella se levantaba un poco tarde, prendía un cigarrillo y pasaba largas horas en pijama, comía muy poco y cada vez que la veía comer inmediatamente la veía ir al baño, problemas bulimia o anorexia eran su sufrimiento. Después de sus mañanas en pijama Margaux salía de su casa, llegaba en las horas de la tarde con paquetes de compras, prendía nuevamente un cigarrillo y se tomaba una copa de vino. Mientras ella se tomaba sus tragos se media sus compras, compras que generalmente serian usadas esa misma noche para salir de fiesta. Yo desde mi ventana podía verlo todo, cada movimiento, cada paso que daba, reconocía sus gustos de comida, vino, cigarrillos y hasta de perfume, cada cosa nueva que aprendía de ella era registrada, cada noticia y publicación que encontraba también, mi intención no era ser un loco ni hacerle daño simplemente quería registrar cada paso y momento de su vida para luego regalárselo y  que así supiera que su exitosa vida debía ser mejor aprovechada.

Margaux cada día era más reconocida, fue la primera súper modelo del mundo en recibir un contrato millonario por ser la imagen del perfume Babe, era aclamada y amada por muchos sin embargo eso a ella no le importaba, ella vivía en su mundo y yo veía como su éxito y fama no eran aprovechadas, su bulimia cada vez era peor, se la consumía por dentro y por fuera, sus excesivas apariciones en fiestas la transformaron en una adicta a las drogas  y alcohol. Yo estaba tan cerca de ella pero a la vez me sentía tan lejos e impotente de ver como su vida se perdía.mLos años pasaban y no podía tener contacto con esa súper modelo y actriz tan cotizada y hermosa en el mundo, esa mujer que un día me atrapo. Sin embargo, yo continuaba recopilando sus días y su vida, con el mismo entusiasmo de la primera vez. 

Era tarde ¿dónde estaba el humo de cigarrillo que llegaba hasta mi ventana?, ¿qué pasaba?, ¿Margaux se habría mudado?, ¿estaría de viaje?, miles de preguntas pasaban por mi mente. Espere varios días a ver si encontraba algún movimiento, pero nada pasaba nada, así que decidí hacer una llamada a emergencias y reportar algo extraño en esa casa, jamás di mi nombre, pues no me interesaba que pensaran que yo era el culpable o tenia algo que ver con su ausencia, las fotos, las miles de fotos que guardaba de ella y los libros que le había hecho me dictarían como el principal sospechoso. En fin, ese mismo día la trágica noticia salió al aire, a víspera de su cumpleaños 42 Margaux había fallecido por una sobredosis de fenobarbital, esa noticia desboronó mi vida, años y años de esfuerzo por mostrarle todo lo que había hecho para ella, se habían perdido en un instante. Nunca pude decirle lo mucho que la admiraba, lo mucho que quería ver como dejaba a un lado todo lo que le hacia daño y lo mucho que me hubiese gustado ser parte de su vida. 

Sin embargo, hoy estoy aquí contando mi historia para que quien me encuentre y vea toda esta información entienda por qué lo hice, por qué he decidido acabar con mi vida y cerrar este capítulo.

martes, 10 de marzo de 2015

Trilogia Vreeland



Diana Vreeland y yo, perspectivas de una vida hermosa
por Adriana Betancourt

Conectadas por medio de un reconocido médium en una sesión bastante más esotérica de lo que yo me imaginaba al llegar, rodeada de velas y sonidos relajantes, comenzó mi entrevista con la leyenda: Diana Vreeland. Aunque tenía mucha curiosidad respecto a temas más personales y nunca antes tratados con ella, decidí dejar atrás mis intereses personales y preguntar lo básico, lo de siempre, pero con un poquito de picante.

Adriana: Diana,  teniendo un trauma por tu falta de belleza física, ¿crees que con tu éxito profesional y tus altos estándares buscabas llenar un vacío?
Diana : Realmente nunca lo había visto desde ese punto de vista, soy muy autocrítica, como todos los humanos, pero no suelo culpar mi genética por mi éxito aunque si debo reconocer que la falta de belleza me generó una fascinación por la estética que me llevó a querer entenderla a profundidad y a estudiarla, querer transmitirla, mostrarle al mundo la belleza cotidiana y los detalles maravillosos que trae cada día consigo.
A:Has hecho muchos avances para la mujer moderna, diste un nuevo titulo al mundo, un nuevo lugar a las mujeres creativas. De tu trabajo, ¿cuál fue tu parte favorita, lo que más disfrutaste hacer?
D: Definitivamente el why dont you? En esta columna sentí que podía comunicarme con todas las mujeres en sus trabajos, en sus casas y sembrarles una semillita en su corazón. ¿Por qué no empezar hoy? ¿Por qué no hacerlo tú?

Why don't you?
por Laura Huertas

¿Por qué no quitarte partes de tu cuerpo y usarlos como obras de arte?

¿Por qué no pintarle el pelo a tus hijos de diferentes colores para poderlos diferenciar?


¿Por qué no amarrarte el pie derecho al piso así uno nunca te levantaras con el izquierdo?

Foto legacy.dianavreeland.com