viernes, 27 de mayo de 2016

La vida del hombre que inundó al mundo con sueños y pavos reales

Family Circus, W Magazine December 2010
By: Paolo Roversi

Texto fantastico
Por Daniela Howell

Era 18 de Febrero de 1909 y me encontraba caminando por las calles de Nueva York. Entre la gente me encontré con un ser un poco extraño y de aspecto sombrío, rodeado de pavos reales, el señor se mezclaba entre las aves y hasta su aspecto era como el de un pavo real cubierto de capas de colores, sombrero y zapatos un poco grandes.

Decidí acercarme a este sujeto tan peculiar. Además, no podía pasar la oportunidad de conocerlo. De pronto, cuando le hablé, pegó un salto, pensé que saldría volando, pero no fue así. Después, me preguntó ¿por qué te acercas a mí, no ves que estas espantando mi familia?  Yo no entendía porque decía eso. Para mi solo eran aves coloridas que lo seguían. Luego, la curiosidad me invadió y decidí preguntarle porque los consideraba su familia. Él se sorprendió, me miró con sus enormes ojos y su nariz un tanto puntiaguda y me dijo: te contaré mi historia, aunque es muy probable que me consideraras un loco después de esto.

Ansiosa respondí que sí y me senté a escuchar: Soy J. Allen St.Jhon, artista e ilustrador. Viajé por mucho tiempo y estudié en grandes escuelas de arte a nivel mundial. Además, desde pequeño tenia una obsesión con los pavos reales. Los consideraba un símbolo de elegancia, delicadeza y porte. Ellos me recordaban a mi padre, quien había muerto de una enfermedad incurable cuando yo era muy pequeño, siempre tuve la sensación de que mi padre se había convertido en un pavo real y  me hablaba en sueños” Pensaras que estoy loco, pero no mi padre fue esencial en mi vida y siempre tengo que hablar con él, se que algún día nos volveremos a encontrar en el paraíso. Así finalizó nuestra conversación aquel día en el parque.

Después, de ese primer encuentro St.Jhon y yo nos seguimos viendo y cada vez se me venían a mi mente muchos interrogantes, por ejemplo su madre. Un día, tomando un café le pregunté sobre ella. Su nombre era Mary Krenkel y vivía en la casa en la cual el creció cuando era niño, en Chicago. Aunque, ella no estaba muy bien: sufría de perdida de la memoria y creía que cada persona en el mundo al morir se convertía en un pavo real. Un poco loco ¿no? De esta manera, con las historias de sus padres, comprendí porqué le gustaban estas aves.

Tiempo después de habernos encontrado, decidí ir a comprar mi revista favorita: Vogue, era la edición de marzo de 1909, en su portada había una ilustración de mi amigo St. Jhon. Aparecía su madre hablando con un pavo real, tal vez su padre fallecido. Ese mismo día corrí a buscarlo para poder celebrar su triunfo. Pero, cuando llegué a nuestro punto de encuentro, un señor me dijo que había salido volando y que no lo había vuelto a ver.  Me quedé con una sensación extraña, me di la vuelta y me senté en la banca donde siempre conversábamos, de repente vi una nota que decía: “cuéntale al mundo de mi historia ya que muchos no comprenderán mi arte, nos vemos en tus sueños”.


Así fue, desde ese día no lo volví a ver, pero si me lo encuentro noche tras noche en mis sueños.

viernes, 20 de mayo de 2016

El número para existir


Last Exit to Brooklyn W Magazine, Septiembre 2010
By: Mert & Marcus

por Camilo Blanco

Delicados y al ritmo de una sinfonía mental reproducida por la sangre, los pasos de cinco jóvenes  resonaban en medio de la calle donde el dólar era el aire. La opulencia adornaba sus cuerpos y sus rostros escudriñaban cada alma que se cruzaba en su camino, un camino que su presencia reclamaba propio. Hijas de las cinco familias más poderosas, como seres divinos recorrían la quinta avenida donde al final de la calle, en la esquina, la mansión Astor las esperaba para completar lo que a mediados de 1800 era el Olimpo de la Gran Manzana.

En Nueva York la Quinta Avenida y sus alrededores eran un reino que se elevaba directo al cielo y aquel selecto grupo gobernaba. Vanderbilts, Whitneys, Backhouses y Waldorfs  eran las familias prominentes detrás de la cabeza de los Astors, la primera familia en hacerse millonaria en Nueva York y por poco la que controlaba a cada individuo en la ciudad. Caroline Webster Astor  y William Astor Jr,  padres de la joven Astor,  con el evento en su mansión cambiarían para siempre la aristocracia de aquel reino, donde 397 súbditos encarnarían una monarquía.

La mansión de los Astor sería el lugar para el baile de invierno en el que el selecto grupo en una noche comenzaría a establecer una escala social tan inalcanzable que cumpliría a cabalidad los deseos de la señora Astor al crear la lista. Bajo la capacidad del salón de baile del recinto nacería un número sumamente cuidado donde ser un insignificante uno junto a otros 399 evocaba una necesidad hecha casi sangre,  que a finales del siglo XIX se apoderó de la vida de cualquier familia respetable y poderosa en la época. La señora Astor cuidó aquella lista añadiendo nombre por nombre con su puño y letra a los antiguos adinerados de la ciudad, protegiendo la tinta y la pluma con la que escribía,  de los nuevos ricos de la revolución industrial que depuraban el significado de aquel número.

Los 400 se convirtió sin duda en la definición de respeto en la época, cada habitante de la ciudad pudo conocer el nombre de los integrantes. Gracias al New York Times que publicó la lista por medio de su creadora, hizo oficial la magnitud de lo que significaba pertenecer a ella, incluso antes del primer baile.

Las cinco familias recreaban la historia de la ciudad de Nueva York,  eran el significado pleno del lujo, de la ostentosidad y de la belleza que solo el poder otorgaba cuando el oxígeno se convertía en dólares. La joven Astor y su sequito de jovencitas, conocían la importancia de aquel evento, no solo sabían que estaban a la cabeza de tan codiciada lista, sino que su presencia elevaría los estándares de todos los invitados al baile de invierno que se aproximaba.  Tal evento pondría en sus manos el futuro de sus vidas, era preciso para aquel grupo de princesas tomara determinación para posicionarse para siempre en la cumbre, equivalente a un contrato matrimonial por familia.

Un apellido tenía el poder de incrustarse en la piel como la más valiosa de las joyas que alguna de ellas pudiera poseer, una palabra repercutía en los oídos de todas las personas debajo de aquella nube de poder, que con ansias miraban desde abajo para aprender, seguido de repetir. Los pasos con los que se acercaron aquellas cinco jóvenes a la mansión desencadenante de una biblia, como suaves tintineos que después de un siglo se escuchan tras la noche donde una idea cobró vuelo y un número evocó una aspiración.  


Bibliografía
ANGELETTI, Norberto y OLIVA,  Alberto. In Vogue: the illustrated history of the world's most famous fashion magazine. New York: Rizzoli, 2006. Print.
Webgrafia
KEENER, Candace. Missed in History. New York’s Elite: From Mrs. Astor’s 400 to the Real Housewives. Mayo 5 de 2009. http://www.missedinhistory.com/blog/new-yorks-elite-from-mrs-astors-400-to-the-real-housewives/
MANCILLA, Juliana. Vogue: La 5ta avenida del siglo XIX. Mayo 26 de 2014. http://laspalabrasdesvestidas.blogspot.com.co/2014/05/vogue-la-5ta-avenida-del-siglo-xix.html
RODRIGUEZ, Dodi. Mansionastor. Mansion Astor en la 5ta avenida. Septiembre 26 de 2013. http://mansionastor.blogspot.com.co/
Autor desconocido. The Astors family. Recopilado mayo 25 de 2016. http://www.biography.com/people/groups/the-astor-family
MADOFF, Ray. America Builds an Aristocracy. The New York Times. The New York Times, Julio 11 de 2010.  http://www.nytimes.com/2010/07/12/opinion/12madoff.html?_r=1