W Magazine, 2013
By Willy Vanderperre
Texto en estilo piramidal
Por Daniela Silva
Tras el anuncio de retiro por parte de Carmel Snow, directora de la revista norteamericana Harper’s Bazaar, surge una vacante a este cargo. Se esperaría que su sucesora fuera Diana Vreeland ya que esta ha sido su mano derecha durante 26 años, sin mencionar todo lo que significó para la revista su inclusión desde 1936. Sorpresivamente, se decidió mantenerla fuera de las opciones por no ser “la candidata idónea” para tener el mando de la dirección. Vreeland presentó disconformidades ante esta decisión y prefirió abandonar Harper’s Bazzar ha pesar de haberla dotado de una identidad única y haberla acogido como propia.
Reconocida por su original columna Why don´t you? en la que ofrecía por medio de divertidas propuestas, un estilo de vida extravagante y fuera de lo común. Pocos podrían darse el lujo de seguir estos concejos como ¿por qué no encuentras un vestido que te guste y lo copias varias veces? Tendrás más éxito que si intentas provocar ese efecto cada noche o ¿por qué no usas tres enormes estrellas de diamante en el pelo, como la duquesa de Kent? Y muchas excéntricas ideas que intentaban acabar con un pensamiento tradicional y conformista. Incitó en sus lectoras el amor por la moda y a dejarse seducir por ella, en un mundo en el que la imaginación cobra protagonismo. “Vivimos a través de nuestros sueños y de nuestra imaginación” decía, y de esa forma alentó a los demás a transformar sus vidas.
El fotógrafo Richard Avedon, con quien forjó una gran amistad, afirmó: Diana inventó la profesión de editora de moda. Antes que ella eran mujeres de la alta sociedad que ponían sombreros en otras mujeres de la alta sociedad. Fue ella la que descubrió a Lauren Bacall, modelo y actriz, cuya foto en Harpers Bazaar impulsó su carrera artística. Hizo del estampado animal una tendencia e introdujo Yves Saint Laurent al público estadounidense. Todo reflejado en una revista llena de colores audaces y de variadas inspiraciones étnicas y de culturas foráneas.
Amante de la moda y diferenciadora por su estilo particular, fueron características que desde un principio hicieron destacar a esta francesa y llamaron la atención de Carmel Snow en una noche que cambiaría el futuro de Vreeland para siempre. Con un vestido de encaje blanco de Chanel y rosas blancas en su cabello, Snow no dudó ni un segundo en ofrecerle un cargo de editora. Decisión más que acertada por sus grandes aportes.
Una despedida es lo último que recibirá Harper’s Bazaar por parte de Diana Vreeland a quien le espera un futuro prometedor en alguna otra revista, Vogue ¿Tal vez?
Referentes:
Florencia Sanudo, Revista Mujer, tomado de http://www.revistamujer.cl/2016/04/26/01/contenido/diana-vreeland-o-la-invencion-de-la-mujer-moderna.shtml/, 2016
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