jueves, 3 de diciembre de 2015

Las salas que no son mudas


por Laura Sofía Mosquera

Los soldados de terracota encontrados entre la ladera del monte Li y el río Wei narran una historia propia a partir de su cerámica en la tumba del emperador Qin y, aunque para el ojo humano pareciese una clonación masiva, de día y de noche la coraza, la armadura que reviste a cada guerrero cuenta implícitamente la historia de un hombre tan brillante y al mismo tiempo brutal. Toda estatua hipnotiza y seduce hasta los ojos mas inanimados, y lo supe cuando visité Shaanxi en China, el paraíso de los artesanos, no podía apartar mi mirada de las fosas sombrías repletas de más de 8000 guerreros, todos portando armas, espadas de bronce, lanzas, hachas, arcos, ballestas y alabardas que todavía estaban afiladas cuando se descubrieron las tumbas.


Como mencioné las estatuas son todo un espectáculo y aún mas la piel que habitan, pero ay de esos maniquíes que hablan por si mismos, que entienden el cuerpo humano y que le dan personalidad a un vestido. En South Kensington, en el Victoria & Albert Museum esta “un compendio de objetos e ideas que van desde los que inspiraron a los primeros cristianos hasta los vestidos que presentó en su último desfile Alexander McQueen, o desde los paisajes del genial pintor Constable hasta llegar a las acuarelas del sureste asiático” (Gonzalo, R), y la inmortalidad se apodera de las salas en las que inocentemente me perdí, presenciaba como la belleza y el salvajismo del mundo natural se apoderaba del desliz de las prendas de McQueen, era sublime pero me suscitaba incredulidad, terror y romanticismo.


El placer y el dolor le hacían señas a estas ninfas llamadas maniquíes, ahora la danza  también era parte de los zapatos anónimos que llevaban a cuestas 3000 años de existencia, y la expresión de poder y riqueza no era inédita, sino que mostraba la evolución de la humanidad en una pieza tan verosímil como un zapato; su tacón, forma y materiales eran la revelación de lo que muchos consideraban frívolo, pero en segundos dejaba de serlo una vez se pensaba en la decencia y el glamour de los años 20, la utilidad y practicidad que demandaba la Segunda Guerra Mundial, o la desnudez de una generación a partir de los años 60. 
Finalmente, esa perpetuidad de los zapatos, coquetea con otra sala que recreaba una oda a la cultura hindú y a la sabiduría de la misma por su vejez…“Los textiles hechos a mano de la India están integrados en todos los aspectos de su identidad. La historia de estas telas se remontan por lo menos a 6000 años. El esplendor cortesano fue proclamado por las telas suntuosas, mientras que el culto religioso todavía se expresa a través de los paños sagrados” (V&A MUSEUM, s.f.). Este mundo dinámico y multifacético de telas místicas, zapatos que remontaban una historia, la belleza y la muerte que respiraba McQueen, reencarnaban esa fiesta de arte a la que nunca fui invitada, pero ahora lo había visto todo y el tiempo solo se había marchado. 


WEBGRAFIA


IMAGENES
Recuperadas de 
The Times, http://www.thetimes.co.uk/tto/arts/visualarts/article4380500.ece
The Guardian, http://www.theguardian.com/books/hari-kunzru
National Geographi Mel Longhurst / Getty Images, 
http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/secciones/7638/monumental_mausoleo_los_guerreros_xian.html#gallery-0

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