viernes, 20 de junio de 2014

Evilasio Miranda en LaSalle College



Por. Mr. SinVerguenza
Brasil, para muchos de nosotros hasta hace poco sólo formaba parte de un hermoso imaginario colectivo perpetuado por Disney en sus cortos de los simpáticos loros de José Carioca y “The three Caballeros“, la imagen tropical de la diva Carmen Miranda o la icónica versión de “The Girl from Ipanema", interpretada por Frank Sinatra. El presente es bien distinto y nos abre a todos la mirada sobre el próximo horizonte latinoamericano, ¡Brasil!
Como estudiante de LaSalle College International de Bogotá tuve la oportunidad de participar en el workshop “Retos de un mercado globalizado“, que se dictó los pasados jueves 5 y viernes 6 de Junio con Evilasio Miranda como director principal. Lejos de considerar la moda como algo superfluo  Brasil cuenta con ella como segunda fuente de ingreso de su sistema económico y como tal sabe cuidarla.
La ABIT (Asociación Brasilera de Industria Textil), organización en la que se desempeña Evilasio Miranda como gerente de moda y diseño del programa Tex Brasil, enfocado en la internacionalización de la moda brasilera. Desarrollado desde el año 2000 por la agencia de promoción de comercio e inversión que ha apoyado hasta el momento aproximadamente 1.500 empresas, esta incitativa habla de la manera visionaria en la que esta nación ha capitalizado su patrimonio de moda.
A sus 30 años 
Evilasio se ha perfilado como una de las grandes mentes de la industria de la moda, como lo calificaron en su entrevista para NTN 24, y para la grata sorpresa de todos cuantos participamos en el workshop es un ser humano supremamente cálido, amable y receptivo. Su español fluido, su agradable acento del viejo continente y la manera tan afable en la que se expresa hicieron de las dos jornadas del taller algo verdaderamente agradable, y sus dinámicas de pensamiento nos ayudaron a todos a empezar a romper de una u otra forma con la solidez de los esquemas obsoletos que todos portamos como equipaje de nuestro subconsciente.
La vivencia como tal fue sobrecogedora, sobre todo por la similitud situacional que guarda la historia de la ex colonia portuguesa con la de nuestra ex colonia española. La imposibilidad de producción de objetos terminados de cualquier tipo que imperó durante casi 3 siglos como mandato real, generó para las dos naciones una ausencia de universo objetual y material que nos desacostumbró por completo a manejar la producción industrial y a llevar a cabo ejercicios de posicionamiento y mercadeo que en Europa habían nacido desde tiempos remotos, a inicios de la era moderna, con los comerciantes de la Edad Media.
Este pasado represivo apuntó como la mayoría del legado colonial grandes taras para nuestro desarrollo, sin embargo los estrategas de las políticas proteccionistas imperiales nunca se habrían podido imaginar que 524 años después sus maléficas intenciones le habrían proporcionado al Brasil el motor del impresionante despliegue comercial que ha logrado desarrollar frente a su identidad histórica, cultural y nacional inexplotada.
Garotas, vegetación exuberante y las playas de Ipanema son el punto de partida para mostrarnos a nivel gráfico y estético, que constituye el ADN de esta tierra palpitante, llena de sabor y alegría en al que todos están verdaderamente orgulloso de su nacionalidad. Los modelos, tanto masculinos como femeninos van de los morenos más acaramelados a los rubios más platinados como viva muestra del exotismo de la mezcla genética de sus ancestros entre nativos y la alta cuota de inmigrantes europeos que a través de la historia llegaron a sus puertos. La infinita cantidad de matices que hay entre ambos polos solo es equiparable a la inmensa creatividad de los diseñadores, mercadólogos, comunicadores, stylist, fotógrafos y productores de este país que por medio de la publicación “B +“, (publicación de ABIT), muestran lo que se define como las tendencias de moda brasilera para las dos grandes temporadas del cronograma estacional de la moda.
Mucho se habla desde hace ya unas décadas de la revalorización del patrimonio indígena y la apreciación que se tiene en países del extranjero de “lo artesanal“ y de “lo étnico“ como productos de alta calidad, excelentes acabados y sobre todo de enorme valor inmaterial, valor que solo posee el aura de los objetos que tienen cierto contacto con sus productores, desde su proceso de creación en lugar de ser multiplicados desmedidamente por máquinas transportadoras. La realidad en nuestro contexto está algo fragmentada, y por más que dentro de los círculos de arte, moda y diseño la apreciación es innegable, falta que el groso de la población genere una dinámica completamente diferente con estos artículos, estas maneras de producción y su categorización hacia ellas.
Evilasio citó una hermoso poema del autor brasilero José Oswald de Sousa Andrade, de la primera mitad del siglo XX, que desde mi punto de vista reasume el fenómeno estético que está dando los frutos de un previo florecimiento en nuestra nación vecina y que señala un punto de inflexión y de partida para la creación de nuestra propia identidad de moda colombiana.
“Cuando el portugués llegó
Bajo una lluvia
Vistió al indio
¡Qué pena!
Fuera una mañana de sol
Y el indio habría desnudado
Al portugués“

El secreto está en nuestra idiosincrasia, en nuestro folklore y en los rasgos que nos hacen verdaderamente autóctonos, miremos con orgullo nuestra identidad, empoderémonos de ella y proyectémosla hacia el mundo con precisión, perfección y la mayor seguridad posible, pero sobre todo hagámoslo orgullosos y sin la más mínima vergüenza, por que nos hace diferentes al resto!

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