The Whites of Spring, W Magazine
By Craig McDean
LA VANGUARDIA PARA VESTIR
Por Danna Patron
El alto grado de discreción de la vida del diseñador belga Martin Margiela contrasta sustancialmente con su obra artística: ésta se sale de lo convencional, rompe con todas las reglas.
Su inusual estilo de diseño y confección se basa en el movimiento artístico del deconstructivismo, caracterizado por la variación y manipulación agresiva de las estructuras, las superficies y las formas, dando como resultado obras que no clasifican dentro de los parámetros normales de la geometría, el diseño lineal y la simetría. Expresado principalmente en la arquitectura, el diseñador belga trae el concepto a la arquitectura anatómica humana, logrando producciones de alto impacto visual y de influencia en la moda contemporánea.
Con una altísima capacidad creativa expresada en la elaboración y diseño de sus colecciones, Margiela no solo ha aplicado el concepto artístico ya mencionado a las formas, sino también al uso y técnica de manejo del material, como la exposición de los tejidos a cultivos de bacterias para lograr un efecto de mutación cromática y la confección y rediseño de prendas con materiales reciclados y de uso industrial.
Las prendas de su autoría se han caracterizado por desafiar los límites de la silueta humana con detalles muy sobresalientes en materia de caída, volumen y movimiento. Adicionalmente elabora con experticia prendas cuyo diseño funciona asimétricamente tanto en color como en forma: en últimas contrapone el orden de confección y crea con exquisitez una nueva armonía en la moda contraponiendo conceptos, colores, materiales, formas e incluso los géneros.
Margiela, que ha pasado no sólo por su propia casa de moda bautizada con su propio nombre, sino también por marcas como Hermes, Diesel, Jean Paul Gautier, y Sybilla, se ha posicionado como uno de los diseñadores más emblemáticos y rebeldes de nuestra época, pues no ha hecho de la moda una expresión del lujo y de la elegancia convencional, sino una expresión artística de la individualidad y de rebeldía por lo establecido.
RUIDOSA IDENTIDAD
Por Sofía Beltán
¿Ese ruido otra vez? No entiendo qué es lo que pasa, por más que lo intente no puedo sacarlo de mi cabeza, quizás ha estado siempre y nunca lo noté o de pronto es al revés y ni cuenta me he dado, puede que lo esté notando porque acaba de aparecer. Me aturde, me aleja de todo lo conocido y me lleva un mundo nuevo, diferente e inhabitado.
Cada vez que lo escucho me imagino una cantidad de ideas con las que me siento solo y único, una identidad secreta, escondida y alejada de los particulares deseos y sueños de las personas. Sé que sin duda lo que me imagino es tan puro, tan insuperable y tan diferente a todo lo que siempre he visto que se mantiene latente, a la espera de lo que pueda estar pasando y se adelanta a las acciones de la época para sorprenderme con sus creaciones.
Puedo ver perfectamente lo que quiero construir a partir de mis manos, un poco de tela, insumos y agujas, pero mi mente no lo asimila tan bien, pues cada vez que tengo este tipo de pensamientos imagino que estoy haciendo las cosas de forma equivocada. ¿Y si lo estoy haciendo? No logro diferenciar lo real y lo no real.
Puedo incluso llegar a tener ideas tan locas como de construir un vestido, imaginándome al mismo tiempo la construcción del mismo. A veces llego a la conclusión de que lo que idealizo está basado en un diseño conceptual y por esto me excuso en ello, por su complejidad de entendimiento, eso tiene sentido, mas o menos, no se, al menos es coherente. Pero ¿y mi cara? ¿A dónde ha ido? ¿Por qué siempre que escucho ese ruido y todos estos pensamientos salen de mi cabeza no puedo ver mi rostro? ¿Qué significa esto? ¿Se supone que tiene que significar algo? Es ruido, solo ruido acuérdate. Quizás la belleza está en eso mismo, en esa identidad que ni conozco, que está tan alejada del ruido que tiene belleza propia, ese ruido del mundo contemporáneo, el mismo ruido incómodo que escucho a menudo y no sé interpretar o que de pronto interpreto muy bien.
El mundo nos sobresatura de información insuficiente, de mensajes creados solo para estar siempre presentes en la mente del consumidor sin dejarla descansar, pero cuando veo mi cara sin rostro todo cambia, de pronto empiezo a imaginar todo tipo de cosas, de esas que si las personas ven solo pueden tener dos tipos de reacciones: pensarán que estoy loco o se sentirán identificados con la presencia de la No identidad, con esa que yo sueño cuanto me siento abastecido de cosas superficiales que no tienen significado alguno, esas que solo hacen ruido y me alejan de tener mis propios pensamientos, las mismas que me alejan de adelantarme a aquello que ni la sociedad ha visto y de poder sorprender siempre al estar un paso más delante de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario