No puedo ver nada, solo oigo el murmullo inmutable del público. Me duele el tobillo izquierdo. Debí estirar mejor mis músculos hace 10 minutos, cuando Nijinsky me lo pidió. ¿Por qué no lo hice? Ah... esa luz está justo en mi cara. Ya están subiendo las cortinas y solo falta que entre la música de Stravinski y… ¡listo, ya!
No vayas a estropearlo Anna, tu puedes, mira cuánta gente hay. ¡Hay no!, mi corazón va a explotar. No, no ahora, no estés nerviosa. Practicaste mucho para esto, vamos, sé que lo harás bien. Ahí vienen los 7 fouettes de Rosella y luego me toca a mí. Le están aplaudiendo a ella. ¿Qué tal que no lo hagan conmigo, qué no les guste, o si me caigo? No Anna, no desistas ahora, es tu momento de brillar. Respira: 1, 2, 3 pas-de-chat… 4, 5, 6 giro y port-de-bras. ¿Si ves, no estuvo tan grave? Se está acelerando el ritmo de la música, es hora de hacer el assemblé y luego el barre. Vamos, tal como lo practicamos: 1, 2, 3… y ahora un salto. Me salió perfecto. Menos mal sonrío Nijinsky, creo que no notó lo nerviosa que estoy.
Es el turno de Rudolf. Ahí viene, tan apuesto y alegre como siempre. Al verlo, unas señoras aristocráticas sonríen y se susurrando al oído. Si pudiera reírme en este momento, lo haría. Rudolf el galán del ballet ha cumplido lo que dice siempre Nijinsky en las practicas: “Barýshnikov, si vas a coquetear que sea en la pista de baile. Intenta contener tu risa Anna. Rudolf lo hace excelente: un battu y luego 10 fouettes. Siempre he envidiado su plasticidad. ¿Cómo los hace?, yo apenas puedo con 5. Nijinsky siempre recalca que una buena bailarina debe ser “suficientemente erótica para brillar, pero suficientemente distante para no ofender.” Pero, ¿cómo voy a brillar algún día si ni siquiera puedo hacer 5 malditos fouettes? Anna, no te distraigas. No es momento de pensar en Nijinsky.
Al fin Rudolf termina su solo impecable y ahora nos toca entrar a las bailarinas. Miro a Rosella que no para de sonreír. Si no la conociera diría que esta muerta de los nervios, incluso peor que yo. Mis muslos ya me empiezan a doler, justo cuando es mi turno: 1, 2, 3 developpé. Muy bien…. 4, 5, 6 y un Grand Jeté. Rosella me premia con una sonrisa: lo hice perfecto. Ahora es su turno: 1, 2, 3 developpé…. 4, 5, 6 Grand Jeté. Le devuelvo la sonrisa. Ahora pienso que, junto con Rudolf, somos los favoritos de Nijinsky.
Es hora del gran final. Tengo que hacer un temps-lie, tours en chaines, y terminarlo con 5 fouettes. Son los fouettes lo que me preocupan. Es el santo grial del ballet ruso. Respiro hondo: 1, 2, 3, salto… 4, 5, 6 temps-lie… 7, 8, 9, 10 tours en chaines. La luz esta otra vez ilumina en mi cara. Respiro nuevamente sin dejar de sonreír: 1, 2,3...
Escucho un murmullo de preocupación entre el público. Miro a mi alrededor, estoy agitada. Algo parece que están hablando de mí. Algunos se tapan la boca y otros se paran de pie para ver qué ha pasado. La música deja de sonar y el telón comienza a bajar. ¿Lo he arruinado?
Bibliografía:
1.) Tarjada Quiroz, Margarita. Feb, 2007, (“El concepto moderno del ballet: los ballets rusos y el retorno de la danza masculina”), casa de tiempo,
60_65.pdf
2.) Danza Ballet. Bailarinas en dehors y dedans, 2013 Danza Ballet,
http://www.bailarinas.eu/diccionario-de-ballet-danza-ballet-2/
No hay comentarios:
Publicar un comentario